Autor e ilustrador: Jérôme Ruillier
Editorial: Editorial Juventud
Edad
recomendada: a partir de 5 años
Páginas: 24 x 24 cm. 32 páginas. Tapa dura
Edición: 2012
Idioma: castellano
ISBN: 978-84-261-3447-9
Por cuatro esquinitas de nada nos puede recordar a El cazo de Lorenzo o Mi hermanito de la Luna. Se trata de un cuento que, a través de lo simple, de
la animación de figuras geométricas (cuadrados y círculos), nos transmite las
claves de la convivencia, aceptando las desigualdades y buscando soluciones
para la inclusión.
Cuadradito es
la única figura distinta a los demás, quiere jugar con los Redonditos y poder
entrar en una habitación, donde se lo están pasando genial, pero la puerta es
circular y no hay manera de que entre. Los
Redonditos discuten la mejor forma para que Cuadradito pueda entrar. Primero
piensan en cortarle las esquinas para que sea redondo, pero eso ¡le dolería
mucho! Al final llegan a una decisión mucho más inteligente: convierten la
entrada en un cuadrado, de este modo pueden entrar todos, independientemente de
su forma.
Jérôme Ruillier refleja claramente conceptos como la amistad, la
superación de dificultades... Nos muestra cómo hacer frente a esas
diferencias, que pueden provocar la exclusión, sin perjudicar a las personas. En
vez de intentar adaptar a las personas a nuestro mundo, es necesario
que el medio sea adaptado a ellas, dejando que cada uno sea como es realmente.
Aunque todos seamos distintos de los demás, tenemos algo muy importante en
común: somos personas.
Os dejo un
vídeo animado con el cuento:
“Nunca
se conoce realmente a una persona, hasta que uno se calza sus zapatos y camina
con ellos”.
¡Qué estupendo, y qué simpáticos los Redonditos! Este tipo de personajes geométricos, completamente abstractos pero a la vez tan expresivos, me recuerda a Pequeño azul y pequeño amarillo de Leo Lionni, tal vez pionero en esta característica.
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