HAIKUS PARA NIÑOS

                                         
Autora: Luz Del Olmo
Editorial: Editorial Verbum
Año: 2006
Páginas: 80

Valga decir que desconfío de cualquier obra que lleve la coletilla "para niños" en su título. Al leerla algo se cortocircuita en mi cabeza, hasta el punto de poder leerse dentro del bocadillo superior, entre calaveras, puñales, rayos y exclamaciones ¡Cómo que para niños! ¡Lo que es es, y punto! A este paso vamos a llegar a encontrar la versión de Los Cantos de Maldoror (el ser más perverso de la historia) para niños. Pero bueno, rompamos una lanza y hagamos una excepción con este título, del que podríamos excluir dicha coletilla.

      Los haikus son una de las formas más atractivas de la poesía tradicional japonesa:


Mi viejo cuerpo:
                   Una gota de rocío ha crecido 
           en la punta de una hoja.
                                                     (kiba)

      Pequeñas perlas orientales, gotas de aire fresco que penetran por los poros estremeciendo el alma. Con sus tres versos configuran el cedazo perfecto para atrapar el instante, mientras el calado de su malla se transforma en infinitas mirillas desde las que otear todo el universo.

     Luz Del Olmo, autora de esta obra, comenta la buena aceptación de la misma por parte de los niños. Al compartir sus experiencias narra cómo alguna vez ha visitado colegios, explicando la filosofía del haiku, va recitando los poemas, y según indica ella misma aguantan perfectamente todo el libro. Después ellos pintan y al final se hace un haiku o cuatro, bien individual o colectivamente, comprobando que la estrofa 5-7-5 les sale casi sin proponérselo.

       Agua en la fuente.
      Colores y sonidos.
¡Es primavera!
                                          (Luz Del Olmo)

     La autora nos cuenta la experiencia con los niños pero sin determinar la edad de los mismos ¿Qué edad es pues la recomendada para estos textos? Crear un haiku requiere además de habilidad, sensibilidad y destreza, capacidad de observación y de recrear un ritmo determinado. Observar y seleccionar los elementos que mejor identifiquen el instante y vestirlos dentro del traje que teje su métrica. La observación es una de las principales estrategias de aprendizaje en educación infantil y los alumnos de cinco años ya son capaces de recrear un ritmo adecuadamente. De este modo, por qué no ofrecer estos bellos versos a nuestros alumnos. Es una edad idónea, seguramente ya han tenido acceso a mundos mágicos y llenos de fantasía a través del lenguaje. Los cuentos maravillosos donde el lenguaje actúa como un trasbordador transportándonos hasta lugares recónditos. Pero los haikus, y la poesía en general, nos brindan no ya la posibilidad de viajar a lugares mágicos sino de transformar en mágicos los lugares que habitamos. El lenguaje se convierte en materia prima que podemos estirar, retorcer, recortar, crear, jugar con él, centrifugando la realidad y consiguiendo concentrar y solidificar esas minúsculas partículas mágicas. Así pues, ¡adelante! ¡ofrezcamos versos a la poesía que supone la infancia!

Ibon Ceberio Buesa

3 comentarios:

  1. ¡Me ha encantado tu propuesta, Ibón!

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  2. Los haikus son el gran desconocido en cuantoa poesía infantil aquí en nuestro país, y es una pena porque más sencillos y simples no lo hay. Son ideales para captar su atención y permitirles crear poesía y así se empieza...
    Gracias por tu aportación Ibón, la tendremos en cuenta.

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  3. Gracias por traer mi libro de Haikus hasta aquí. Llevas razón en lo de "niños". Fue más bien una idea del editor.

    He disfrutado con los niños y niñas en colegios y bibliotecas en edades que van desde los seis hasta los doce años. No creo que la edad sea una limitación.

    Gracias de nuevo

    Con cariño

    Luz del Olmo

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